Después de un año de extensas renovaciones, un edificio emblemático del siglo XVII en uno de los canales más antiguos de Ámsterdam ha reabierto sus puertas como Hotel The Craftsmen. El hotel boutique de 14 habitaciones celebra la artesanía histórica holandesa con habitaciones temáticas inteligentemente diseñadas. Una estancia en el Hotel The Craftsman ofrece el lujo y la comodidad de un hotel boutique, combinados con un diseño único, una rica historia y artesanía.
Distribuido en tres propiedades históricas, el hotel ofrece catorce habitaciones distintas y bien equipadas. Cada habitación lleva el nombre de los distintos artesanos, como la suite Boat Builders Signature, la habitación individual The Instrument Makers y la habitación doble Deluxe Bike Builders.
Carácter histórico
En conjunto, los tres edificios están catalogados como monumento nacional desde 1652. Durante la extensa remodelación se conservaron elementos auténticos o se restauraron meticulosamente. Cualquier nuevo elemento de diseño respeta el carácter histórico y el encanto distintivo y rinde homenaje al nombre del hotel.
Los azulejos azules de Delft, las camas, los pisos monumentales y la escalera original combinan perfectamente con hermosas antigüedades, hallazgos antiguos, materiales modernos y una reutilización inteligente de artículos relacionados con la artesanía que los diseñadores introdujeron para ofrecer la comodidad de hoy.
La verdadera artesanía se une a un diseño atractivo
Doce de las catorce habitaciones del hotel cuentan con impresionantes vistas de los canales de Ámsterdam. Las otros dos están situadas en la parte trasera del hotel y dan al animado callejón Lijnbaanssteeg. Cada habitación tiene su propio diseño único, representando un oficio respetando al mismo tiempo el contexto histórico del edificio. Para lograrlo, los propietarios recurrieron al artista Stef van de Bijl, quien contrató a más artesanos locales, como el ilustrador Aart Taminiau y el diseñador de acero Joram Barbiers. Juntos, implementaron elementos de diseño originales e imaginativos para los cuales a menudo reutilizaron materiales antiguos acordes con el tema.
Con su experiencia y artesanía colectivas, han dado a las antigüedades y curiosidades una función contemporánea y práctica dentro del hotel. Entre los elementos únicos se encuentran una vieja canoa que sirve como lámpara de techo, un armario hecho con la puerta de salida de emergencia de un avión de pasajeros Fokker F28 y camillas de zapatos de aluminio recuperado de la década de 1940 que tienen una segunda oportunidad en la vida como luces de lectura montadas en la pared. Cada rincón ofrece una sorpresa de diseño.
La mejor experiencia hotelera posible
Para ofrecer a los huéspedes el lujo y la comodidad que pueden esperar, el hotel ofrece baños exquisitos, secadores de pelo Dyson, camas cómodas y comodidades cuidadosamente seleccionadas. El desayuno, servido en la galería llena de arte con vistas al canal, ofrece una amplia selección de pan y pasteles recién horneados. Los huéspedes pueden disfrutar además de embutidos frescos, fruta, zumos naturales, tés y cualquier café que deseen. Además, pueden pedir huevos de cualquier estilo o probar los tradicionales Poffertjes holandeses calientes. Se trata de “panqueques holandeses” que rápidamente se están convirtiendo en los favoritos de los invitados.
El desayuno lo ofrecen los embajadores de los hoteles. Los embajadores son el núcleo del hotel. Están a disposición de los huéspedes y son los anfitriones, recepcionistas, conserjes y demás personal allí para asegurarse de que todos los huéspedes se sientan bienvenidos y cómodos. Los embajadores conocen los lugares a los que acudir y pueden brindar consejos y recomendaciones personalizadas para su estadía en Ámsterdam.
Patrimonio nacional holandés
Las impresionantes casas del canal del Singel comparten una rica historia. Roelof Swaen, segundo del legendario almirante holandés Michiel de Ruyter, construyó el más antiguo de los tres edificios en 1652. Su «Huis de Swaen» (El Cisne) fue inicialmente una casa de ferry, pero se convirtió en un hotel en el siglo XIX. Una placa de piedra original en la pared lateral del edificio muestra un cisne, en referencia a su nombre histórico actual. En 1917, un lugareño de Ámsterdam llamado Brouwer compró Huis de Swaen y abrió su hotel, acertadamente llamado Hotel Brouwer. Exactamente cien años después, los herederos Brouwer lo vendieron a los actuales propietarios, la familia Zandbergen.
Reurbanización
La familia Zandbergen asumió la desafiante tarea de convertir el monumento nacional en un lujoso hotel boutique. Desafiante es quedarse corto, ya que la arquitectura original del siglo XVII tenía que permanecer intacta de acuerdo con los requisitos del cuidado de los monumentos de Ámsterdam. También estipularon que en algunos lugares del hotel debían recuperarse los elementos o elementos originales. Ahora pueden ser admirados por los huéspedes alojados en el hotel. Algunos de ellos incluyen somieres auténticos, el llamado «Keulse goot» (un canalón interior del siglo XVII) y Delft.
Azulejos azules
La rica historia también se refleja en la monumental escalera, las vigas y aleros expuestos, los suelos de madera originales y los íntimos y estrechos pasillos.
Para Michelle Zandbergen, hija de la familia Zandbergen y responsable del funcionamiento diario del Hotel The Craftsmen, es importante que el valor histórico del hotel y su ubicación única estén representados en cada rincón del hotel. “Ámsterdam tiene una maravillosa historia de artesanía, queremos darle vida a ese patrimonio cultural no solo creando un hermoso hotel, sino también permitiendo a los huéspedes tocar y sentir la artesanía que hay detrás de él. Para lograrlo, hemos combinado la artesanía auténtica y cruda que define a esta ciudad con una experiencia boutique moderna y de lujo”.
Ficha técnica:
- Hotel The Craftsmen.
- Amsterdam
- Contratista del proyecto: Van Braam- Minnesma B.V.
- Equipo de diseño: Michelle Zandbergen, Rose-Marie Smeets, Stef van Der Bijl
- Arquitecto principal: Stef van der Bijl
- Otros artesanos involucrados: Rick Wiersma, Aart Taminiau, Joram Barbiers
- Fotógrafo: João Vis.
