Graduado de l’École de la Ville & des Territoires à Marne la Vallée, Paris. Este arquiecto francés ha desarrollado la mayor parte de su obra en México, país que adora y en el que creado grandes proyectos basados en el respeto a la naturaleza, el uso del hormigón y las condiciones más severas de compromiso con la sostenibilidad. Ha realizado el Hotel Casa To en Oaxaca.
¿Cómo se refleja la arquitectura responsable en Casa To?
La estructura es mi estética. Uso poco materiales, sencillos pero macizos, capaces de envejecer y embellecerse con el paso del tiempo. Es esta propiedad del tiempo y su uso como materia lo que busco en mi arquitectura. Un regreso al concepto de “la pátina del tiempo” en oposición a la idea del todo desechable de nuestras sociedades modernas. Busco la misma expresión de sencillez y autenticidad que se encuentra en la arquitectura vernácula, mi inspiración para crear una arquitectura depurada y abstracta. Mi propuesta fomenta el regreso a un modo de vida sencillo, despejado de lo innecesario, que propone una reinterpretación contemporánea del concepto de lo vernáculo.
¿Qué tipo de cliente valora el hormigón en crudo?
Creo que, igual que yo, hay clientes que buscan la honestidad que ofrece este material. El concreto es lo que es, no finge ser otra cosa. Es bastante relajante, según mi punto de vista, que algún material pueda ser tan sencillo y honesto, pero, a la vez, tener tanta personalidad. Veo el concreto como una regreso hacia lo elemental, un material que me permite quitar lo innecesario de mi alrededor.
¿Qué sensaciones busca transmitir Casa To?
La intención de Casa To es crear un oasis interior en el que la privacidad y el espacio personal generen una experiencia radical en una superficie de 600 m2. Donde la presencia física explique las dimensiones, la distribución y el surrealismo de una estructura que provoca sensación de complejidad. La estética de Casa To se define por su sencillez en la que conviven lo tradicional y lo contemporáneo, a través del empleo en armonía de elementos como el acero, el concreto, la arcilla y la madera.
¿Cuál fue la mayor dificultad de este proyecto?
El reto ha sido su génesis, cómo nació. Originalmente era un proyecto de tres casas, pero, por el camino, lo convertimos en un hotel. Cambió drásticamente el proyecto, mientras se conservó el layout y el concepto original. Cuando decidimos convertir las casas en un hotel, buscamos sumarle singularidad al proyecto, y así nacieron los círculos que, hoy en día, son la identidad de Casa To.
¿Por qué te gusta la palabra concordancia?
Me parece que introduce un tema importante y esencial de subjetividad, propio de cada uno, donde la concordancia es un extraordinario punto de encuentro entre las cosas, una fuente de sorpresa, y para mí muy seguido un punto de partida para empezar un proyecto. Una concordancia es algo personal, pero sin ser demasiado intimo para impedir compartirlo. Es lo que vuelve singular un trabajo de arquitectura, acorde a su sensibilidad, su curiosidad, sus emociones y también su historia.
Es difícil definir la concordancia, puede ser una similitud, una correspondencia, un resonancia, una identificación, una relación, hasta tal vez una sincronicidad. Creo que lo más importante para mí, es que trabaja desde el nivel de la intuición.
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