El estudio Carlos Martinez Interiors proyecta en la Corniche de Casablanca, en Marruecos, la remodelación del Hotel Villablanca con el reto de transformarlo en un hotel sostenible con una clara identidad mediterránea. El uso de la luz, los materiales naturales y los detalles artesanos son las herramientas del refinado diseño.
El Villablanca se encuentra en uno de los bulevares marítimos más populares de la ciudad, frente al mar. Tanto en las áreas comunes como en las estancias, Carlos Martínez prima los materiales naturales y la madera de roble potenciados por la iluminación indirecta y lámparas diseñadas por el estudio. La fluidez de los espacios se apoya en un pavimento de madera verdejo. El elemento nuclear del hotel es una atmósfera de estética habanera que ya se advierte en el ambiente del lobby.
Con vistas impresionantes del mar
El nuevo hotel no respeta la identidad original del inmueble, sino que posee un nuevo concepto al tiempo que integra nuevas circulaciones, materiales y elementos decorativos para dotar al conjunto de una estética Habanera y mediterránea.
El edificio consta de planta baja, con una superficie útil total de unos 1.060 m², repartidas en diferentes usos, el lobby o recepción, el Sky bar con tres ambientes diferenciados, restaurante mediterráneo y zona de restaurante japonés y club lounge. Tanto en los elementos comunes como en las estancias, se han primado los materiales naturales, como las telas y la madera de roble jugando un papel importante la iluminación indirecta tanto de led como de lámparas diseñadas a medida también por nuestro estudio.
Corniche de Casablanca
Su combinación con elementos de aluminio negro con cristal catedral, enea, cuarterones de madera, equilibrio de tradición y vanguardia, junto al gran protagonismo de luz natural, confieren al Villablanca Urban Hotel una gran personalidad. El hotel se abre al centro de la Corniche de Casablanca en la planta baja, que acoge las zonas comunes: la recepción y una zona de restauración, el Sky bar. Se supera la organización de hotel tradicional para abrazar un nuevo concepto: Concept hospitality, la Habana se encuentra con Casablanca. Así, la disposición de los elementos de esta planta favorece el encuentro entre huéspedes, vecinos y la propia ciudad.
El restaurante mediterráneo es sensual, pero con guiños industriales. Se aprecian instalaciones vistas y ventiladores gigantes tras la gran barra central. Esta se realiza con un sobre de mármol blanco país y frontal de medias cañas de hierro pintadas de verde y unidas con varillas de latón.
El restaurante japonés se define con curvas sinuosas retroiluminadas que se despliegan a base de listones de madera de roble y un espejo despiezado en el techo. En el centro, una isla de sofás semicirculares ayuda a distribuir el local y ganar aforo. Los sofás tapizados en polipiel de color rojo carmín aportan carácter al espacio. La cocina a la vista se sitúa estratégicamente entre las dos atmósferas para facilitar la circulación de los camareros.
El concepto es un hotel boutique
La fluidez de los espacios se logra con un pavimento de madera verdejo. Se genera una herramienta paramétrica para la colocación de las piezas, con el objetivo de crear intensidades y circulaciones en consonancia con los distintos espacios y usos.
El elemento nuclear del hotel es una atmósfera habanera en su ambiente situado en el lobby y se despliega también en la estética de las zonas de baños. Se aprecian zonas de descanso y espera, recogidas con plantas naturales, que hacen del entorno algo más confortable y fresco, una simbiosis perfecta con todos los revestimientos de madera lacada en blanco que visten las paredes con estanterías repletas de decoraciones exóticas conjugando a la perfección con los techos retroiluminados de enea.
El Sky bar acoge un concepto de restauración potente y urbano, inspirado en la cultura mediterránea. Está sectorizado por dos salas contiguas, pero diseñadas con dos ambientes diferenciados. Un restaurante con un diseño potente y transgresor que sumerge al usuario en un entorno distendido, animado y creativo, donde el protagonista es la gastronomía local y mediterránea; un espacio sensorial, pero a la vez con guiños industriales en todo su conjunto. Se aprecian instalaciones vistas, gigantes ventiladores situados en las paredes, abrazadas con ladrillos, envolviendo a la gran barra central, una barra majestuosa y atractiva realizada con un sobre de mármol blanco país y su imponente frontal realizado de medias cañas de hierro pintadas de color verde y unidas entre ellas con varillas de latón.
El restaurante japonés
La cocina vista se sitúa estratégicamente entre las dos atmósferas creadas, para facilitar las circulaciones de los camareros; una cocina donde el protagonista es el grill.
La zona de restaurante japonés unida a la sala anteriormente explicada, una sala donde predomina la potencia visual de la barra de sushi, unas curvas sinuosas que se despliegan durante un tramo vestido de listones de madera de roble natural retroiluminado encontrándose con un mural de grandes dimensiones de espejo plata despiezado en el techo. En la zona central de dicha sala, se sitúa una isla de sofás semicirculares que nos ayudan a distribuir el local, para sus circulaciones y para poder ganar el máximo aforo; unas islas de sofás tapizados en polipiel de color rojo carmín que aportan carácter al espacio. Las paredes estucadas con colores marinos y mediterráneos se protegen con unas celosías formando formas geométricas y dejando ver tramos de pared realizando un juego de “lleno vacío” con cristales catedral que aportan lucidez con la retroiluminación. En un rincón del espacio, observamos un pequeño privado, una zona exclusiva, ya que se encuentra colindando con la sala y con la zona de lounge club, justo enfrente se sitúa la zona de DJ.
Estética selvática
La zona del club se concibe con el reto de aportar una estética selvática donde el usuario puede además de cenar, disfrutar de copas y sala de baile, donde las paredes de listones de madera y espejos cóncavos nos dan una visión amplia de cada punto del local, las barras otro elemento importante se visten de azulejos hexagonales cobrizos, y sus trasera con armarios repletos de botellería presa por jaulas de deployeé. Se han conjugado dos tipologías de lámparas, una de ellas diseñada por nuestro estudio y la otra de Bover, ambas junto a la
retroiluminación del espacio domotizadas realizando cambios de color RGB, según el ritmo de la música que se esté pinchando en ese momento.
La zona de baños y aseos, una zona tal vez lujuriosa; arrimaderos de madera de roble teñida, con pavimentos despiezados de mármol y paredes vestidas con papeles decorativos de Arte Wallpaper, estampados con motivos selváticos. Los techos son todos de espejo broce y una iluminación indirecta para hacer de estos espacios zonas de más relajación. Para acabar en el recibidor de los baños, hay unas taquillas personalizadas donde los clientes VIP, pueden almacenar sus puros y licores, se trata de unas taquillas en forma de celosía de madera de roble teñida que conforman la totalidad de las paredes como si de un mural se trata- se.
Ficha técnica
- VILLABLANCA URBAN HOTEL.
- Bd de la Corniche, Casablanca 20000, Marruecos.
- Proyecto arquitectónico: Carlos Martinez Interiors.
- Diseño de interiorismo: Carlos Martinez interiors.
- Proyecto de iluminación: Carlos Martinez Interiors.
- Mobiliario: Cubiñá, Blasco & Vila.
- Iluminación: Vaporetto y Ca2l.
- Mecanismos: Jung.
- Pavimentos: Neoceramica.
- Textiles: Naturtex.
- Fotografías: Eugeni Pons.